La participación activa y el compromiso de los alumnos es fundamental para proporcionar una experiencia más completa y lograr así una mejora continua. De acuerdo con la Estrategia de Participación de los Alumnos (2013), las voces de los alumnos deben ser siempre escuchadas durante las actividades de aprendizaje y estar plenamente integradas en todo el proceso.
Las ventajas para los alumnos son:
- Una oferta más equilibrada, completa y receptiva que les permita dar forma a sus propias experiencias
- Mejores resultados de aprendizaje
- Experiencias adaptadas a sus necesidades y objetivos, garantizando el éxito
- Mayor motivación para aprender más
Para los profesores:
- Aumento de la participación, la retención, la progresión y los logros
- Mayor calidad de la información gracias al desarrollo del diálogo con los alumnos
- Evaluación más profunda y rigurosa que conduce a un mejor proceso de aprendizaje basado en las observaciones de los alumnos
- Las observaciones de los alumnos pueden utilizarse para decidir las prioridades, tomar decisiones sobre el contenido educativo y asignar recursos
Para que el alumno se comprometa e implique más, hay varias técnicas que los profesores pueden seguir (Eredics, 2017):
- Invertir en la educación inclusiva. Hacer que los alumnos sientan que todos, independientemente de sus condicione o necesidades especiales, pueden sentirse acogidos e incluidos (para más información, véase el módulo 3).
- Asegurarse de que se realizan los ajustes necesarios durante el aprendizaje para que los alumnos puedan acceder a los materiales de formación y participar al nivel óptimo.
- Dejar tiempo para compartir. Ofrecer a los alumnos la oportunidad de hablar de sí mismos, compartir sus intereses y experiencias, y hacer preguntas.
- Abordar los retos. Las personas con discapacidad se enfrentan a diversos problemas que a veces dificultan la interacción y la participación en clase. Es importante que los profesores identifiquen estos problemas y actúen en consecuencia.
- Reconocer todos los esfuerzos. En primer lugar, hay que entender lo que motiva a los alumnos a seguir aprendiendo por sí mismos y, a continuación, hay que felicitarles por la mejora de su rendimiento o por la consecución de sus objetivos (por ejemplo, ofreciéndoles certificados).
Aprendizaje y apoyo personalizados
La cuestión principal es apoyar a todos los alumnos para que participen de forma eficaz en el aula. A continuación, se presenta un proceso de cuatro pasos que pueden aplicar los profesores para conseguirlo (Adaptado de AITSL, 2020):
- Consultar y colaborar:
Conocer a los alumnos es el primer paso a seguir, e implica descubrir sus intereses, aspiraciones, puntos fuertes y ambiciones. Mantener un papel de apoyo respecto a sus deseos, mediante la tutoría y la consulta, les ayudará a implicarse más en las distintas actividades y a estar mejor preparados para participar en las tareas previstas.
- Evaluar e identificar las necesidades:
Es igualmente importante identificar las necesidades especiales de los alumnos, ya sean dificultades para seguir el plan de estudios o la necesidad de buscar ayuda adicional por parte de un profesional de la salud en relación con sus discapacidades. La evaluación de los déficits de los alumnos y la introducción de prácticas más integradoras son fundamentales para garantizar su participación significativa.
- Proporcionar adaptaciones personalizadas
La realización de adaptaciones (es decir, «la adopción de medidas que permitan a los alumnos con discapacidades acceder a la educación y participar en ella en las mismas condiciones que los demás alumnos» (AITSL, 2020)), ayudará a los profesores a crear un entorno positivo, en el que el aprendizaje se realice en función de las capacidades funcionales de cada alumno. Estas adaptaciones pueden aplicarse individualmente o a nivel de toda la clase, y pueden incluir la adaptación del espacio físico del aula, el uso de tecnología de apoyo (véase más abajo), o la preparación de materiales de formación con elementos visuales y auditivos alternativos para adaptarse a las personas con deficiencias visuales y pérdida de audición.
- Controlar y revisar el impacto de las adaptaciones
Si se aplican diversas adaptaciones en los centros educativos, hay que animar a los profesores a que supervisen y revisen constantemente su eficacia, para evaluar los progresos realizados por cada alumno y realizar posibles cambios para mejorar aún más el proceso de aprendizaje. Algunas prácticas de seguimiento incluyen intervenciones específicas realizadas en pequeños grupos o individuales.